Cuando un miembro de la familia desarrolla un trastorno obsesivo compulsivo, toda la familia sufre un impacto difícil de asimilar. De repente alguien que se comportaba con normalidad, comienza a realizar todo tipo de conductas “poco explicables” que además intenta imponer al resto de la familia. La familia quiere ayudar y como si no entramos a hacer lo que el afectado nos pide, sufre mucho. Terminamos haciendo cuanto nos pide convencidos que si están tranquilos un tiempo, el trastorno desaparecerá de la misma forma que apareció.

El TOC se va desarrollando a lo largo de años, pero una vez que aparece, no suele desaparecer por si sólo. No se trata de algo temporal ni de una manía exagerada. El TOC es un trastorno psicológico que como tal necesita ayuda profesional, si queremos solucionar el problema a largo plazo.

No perdamos tiempo negando la severidad del problema, cambiando las rutinas familiares mientras esperamos que “eso” se pase. En este punto hay una serie de pasos básicos para enfrentarnos al problema:

– Informarse sobre el Trastorno, es imposible solucionar un problema si no lo conocemos a fondo

– No normalizar conductas que no son habituales ni tratar de tranquilizar al afectado mediante argumentos “lógicos”

– No participar del Trastorno, es normal que el afectado tenga conductas compulsivas y evitaciones, pero nosotros, los familiares, no tenemos TOC así que no debemos participar de sus compulsiones y evitaciones, aunque esto suponga que nuestro familiar se ponga nervioso y lo pase mal

– Nuestro principal objetivo debe ser no dar alas al TOC y lograr que nuestro familiar reciba ayuda profesional cuanto antes

Sabemos que no siempre resulta sencillo pero no hay otro camino, hay que empezar a caminar y si necesitáis ayuda, aquí estaremos para echar una mano